Cada
8 de junio se conmemora en Colombia el Día del Estudiante,
también llamado Día del Estudiante Caído o Día
del Estudiante Revolucionario y se extiende hasta el 9
de junio. En esta nota te contamos los sucesos que dieron
origen a esta fecha en nuestro país.
En junio
de 1929, durante la presidencia del conservador Miguel Abadía Méndez,
varios estudiantes de la Universidad Nacional de
Colombia alzaron su voz para exigir la renuncia de los funcionarios que
estuvieron involucrados en la 'Masacre de las bananeras'. Allí fueron
asesinados por el ejército colombiano más de 4.000 trabajadores de la United
Fruit Company cuando protestaban por mejores condiciones
laborales, el 6 de diciembre de 1928.
Uno de esos estudiantes, el pastuso Gonzalo Bravo Pérez, fue
asesinado el 7 de junio a las 10 de la noche con 10
minutos, por un disparo de un policía del batallón
presidencial. Las protestas se enardecieron y, desde
entonces, el
8 y 9 de junio se transformó en una fecha clave para el movimiento estudiantil,
que saldría a marchar desde entonces para conmemorar la fecha.
25 años después, también el 8 de junio, cerca a la ciudad universitaria, "unos policías que rondaban por predios de la CIiudad Universitaria, fueron chiflados por unos estudiantes que jugaban fútbol. Entonces los policías se enfurecieron y uno de ellos disparó su fusil contra los estudiantes y mató a Uriel Gutiérrez, que era estudiante de medicina y filosofía", recuerda Fernando Sánchez, médico de la Universidad que marchó en ese entonces.
Esa noche de 1954, el dictador Gustavo Rojas Pinilla se reúne con representantes de los estudiantes y los autoriza a hacer una marcha pacífica al día siguiente, 9 de junio.
La marcha, que se dirigía hacia la Plaza de Bolívar,
fue interceptada cerca de la Calle 13 con Carrera Séptima por
miembros del Pelotón del Batallón Colombia que
acababa de llegar la Guerra de Corea. Aún no
sabe por qué, pero los soldados comenzaron a disparar y mataron
a 12 estudiantes marchantes e hirieron a otros 50.
Esta nueva masacre, se dice, fue la primera señal con la que se
comenzó a caer la fachada que, hasta entonces, había procurado
tener Rojas Pinilla como motor del progreso
y la libertad. Sin embargo, el costó de esto fue muy caro en 1954, como también
lo fue en 1929 y cómo lo seguirá siendo tener que pagar con la vida sencillos reclamos
sociales.
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